Estas Navidades, regala vino

La invitada perfecta ya no va de gala, lleva vino de gala. 

Entre restricciones y reducciones, esta navidad tendremos que potenciar todos los sentidos para no sentirnos vacíos. Se nos ha demostrado la intrascendencia de lo material, sentir es la nueva moda y nada mejor que un buen vino para ello. Regalar vino es regalar experiencia y os ayudamos a elegir qué experiencia queréis vivir en la mesa.

Todas las situaciones deben de ser vistas desde un prisma positivo. En Micheli International Connections han aprovechado la ocasión para sacar lo mejor de ellos mismos. Demostrar su recursividad y reinventarse. Llegó a Valencia hace relativamente poco y estas fiestas quiere brindar con sus clientes recomendando algunos de sus vinos más preciados:

Rosso Riserva Lumen es un vino formado por un 70% de uva Montepulciano y 20% cabernet suavignon, presentado en copa con un color rojo rubí intenso, mantiene en boca una buena estructura: denso, armónico y elegante. Su perfume expresa en nariz todas las notas de las moras y frutos rojos maduros.

Procede de la bodega Illuminati, situada en Controguerra, pequeño municipio en la provincia de Teramo, al centro de Italia. Estos viñedos se encuentran a 295 metros de altitud sobre el nivel mar y reciben influencia del mar Adriático y de las colinas de la zona, dando como resultado una tierra suelta y poco arcillosa. En la vendimia se hace una escrupulosa selección de las últimas uvas en inicio de octubre para la cabernet y final de octubre para la Montepulciano. 

Inicialmente se fermenta en contenedores de acero inoxidable durante unos 15 días a una temperatura de 28 a 30 °C. Terminada la fermentación málica, el vino que se obtiene se pasa a barricas de 225L de distintas variedades de roble, donde permanece 18 meses. Tras este tiempo, el vino se hacina en botella durante otros 12-14 meses en las grutas de la propia bodega antes de salir al mercado. 

La familia Illuminati siente un gran apego y cariño por esta elaboración ya que requiere mucho tiempo y esfuerzo, se produce solo en los mejores años y es de gran longevidad. Hablamos de un vino robusto con 14.5% de alcohol con mucha persistencia y consistencia, perfecto para acompañar un plato fuerte de carne, tanto blanca como roja: caza, cordero, chorizo o incluso quesos picantes. 

Además de regalar, también pasamos nuestras tardes en casa donde necesitamos darnos un capricho y autorregalos, pero sin las presiones del “gustar”. Es ahí cuando disfrutamos de nuestro lado más dulce, sobre todo si vivimos en pareja o compañía, la apuesta segura en un vino blanco 

San Biagio Colli Aprutini Bianco Igp 2018 es el blanco perfecto de las bodegas Illuminati. Se consigue de las uvas Viogner, Semillón y Sauvignon Blanc obteniendo un color amarillo pajizo con reflejos verdosos. De aroma afrutado, que recuerda a pomelo rosa, melocotón blanco, piña, maracuyá, albaricoque, cítricos, con notas florales intensas y elegantes como salvia, retama, flores de acacia, hojas de tomate, pimiento verde y boj. En boca es seco, fresco, pleno y sabroso con un retorno aromático de notas cítricas. Los italianos lo recomiendan con un buen plato di frutti di mare, risotto de hierbas y pescados grasos. Por su composición Viogner-Semillón también será un acierto maridarlo con carnes blancas y otros tipos de pescado. 

Es fruto de un cultivo en hileras con una exposición del noreste y el suroeste. Se vendimia en una selección cuidadosa en la segunda década de agosto a partir del Viogner, el Semillón y finalmente el Suavignon. La uva se despalilla, se prensa muy suavemente y el mosto obtenido se deja fermentar en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada donde es posible controlar la temperatura de fermentación entre 15 y 17 grados centígrados. El resultado es una graduación del 13% y una acidez total de 6.2 g/L que se culminan en una botella elegante con tonalidades tierra y toque dorado.

Para finalizar un año que nos deja un sabor agridulce producto de la pérdida a todos los niveles que ha supuesto, la incertidumbre, la soledad, la impotencia, pero también del aprendizaje y la superación, de demostrarnos que podemos ser mejores seres humanos, reinventarnos, levantarnos las mangas y trabajar y de enseñar a las futuras generaciones que a veces las cosas pueden no ir como las hemos planeado. Se nos ha puesto a prueba y hemos respondido con fortaleza, tolerancia y amor. Por todo ello, merecemos un último (y primer) brindis espumoso.

«BRUT» Millesimato Metodo Classico, siempre de las bodegas Illuminati, pero esta vez de terreno arcilloso, un vino más denso que los anteriores, nace de una cuveè (procedimiento de selección y mezcla de las mejores uvas) realizada con los viñedos Trebbiano y Verdicchio en Controguerra, peculariedad que le confiere una personalidad muy definida. Tras una primera fermentación en vasijas autoclaves de acero inoxidable a temperatura controlada, la segunda se da muy lentamente en sus propias botellas almacenadas en grutas muy frescas de 11º. Se deja madurar así al producto en sus propios depósitos durante de a 30 a 36 meses, cuando se procede a la operación manual de agitar las botellas (remuageo removido) en los tradicionales pupitres de madera. Toda esta operación se completa con la descarga y por último, el refinamiento del espumante, que queda listo para ser introducido en el mercado con 12% de alcohol y una acidez de total de 6.10°/L.

De consistencia y gusto en boca bastante fresco, con una espuma elegante, persistente y un perlaje finísimo. Se elaborado con el método champenoise, como se hace el champán en Francia. La botella está vestida de gala para poder abrir después de tenerla unos días en la nevera bien fresquita y destaparla en una fecha especial, una verde esperanza para el año nuevo. 

En la cuarentena tuvimos tiempo de sobra para fijarnos en las pequeñas cosas. Pero llegó la “nueva normalidad” y entre las prisas de la vuelta a la realidad, intentar recuperar el tiempo perdido y la falta de oxígeno por la mascarilla, parece que hemos olvidado todo lo que aprendimos. Estas navidades son para ir despacio y saborear la vida, para brindar por resistir e insistir en que seguimos aquí para vivir, no sobre vivir:chin-chin.

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