Jordán Joyeros: «Nuestro trabajo es creativo, divertido y artesano»

—Contadnos la historia de la familia Jordán y las joyas. ¿Cómo empieza?

—Antonio Jordán padre viene de una familia artesana del mundo de la joyería. Su madre se encargaba del pulido y del proceso final de las piezas y su padre era engastador. Con 16 años, muchas ganas, fuerza y empuje, entró Antonio (padre) al taller familiar, aprendió a trabajar en la astillera, definió su don natural para el dibujo y dio un giro a todo el proceso de fabricación. Amplió sus miras en el proceso de distribución y empezó a exponer en ferias internacionales (Milan, Basel) y a exportar sus diseños por toda Europa y América, incluyendo Canadá y Centroamérica, siendo premiado en multitud de concursos internacionales de diseño de alta joyería. Ambos hijos suyos empezamos a trabajar al finalizar el colegio, mientras seguíamos acudiendo, por las tardes, a la universidad para estudiar gemología, especialidad en diamante. Antonio también cursó estudios en la facultad de Bellas Artes de Valencia. Nos orgullecemos de haber conseguido premios de diseño para España entre los que se encuentran 4 veces finalistas en los Diamond International Awards, los llamados Oscars de la joyería, que se celebran cada 2 años. También Pablo ha sido premiado en su labor como diseñador, de hecho fue el único galardonado en el concurso de diseño de la última feria de joyería de Valencia y su diseño representó a España en la feria internacional de Basilea.

—¿Cuál es vuestro primer recuerdo de la infancia que tiene que ver con las joyas?

—Desde niños hemos vivido la joyería unida al día a día familiar. Ir a la fábrica, de la mano de nuestro padre, con 5 añitos y tener un mini tabliz para hacer nuestras propias joyas con hilo de hierro, tenazas, martillo y taset, ha sido algo natural para nosotros. También recordamos asistir con mucha ilusión con nuestra madre, contando con menos de 10 años de edad, a nuestra primera feria y no encontrar las casetas de tiro, ni la noria, (risas) era la Feria internacional de muestras de joyería donde estaba exponiendo nuestro padre.

—¿Cómo os repartís el trabajo entre los hermanos?

—Nuestro padre nos formó en todas las disciplinas joyeras, desde el trabajo de tabliz, pasando por la gestión comercial, hasta las relaciones con los diamanteros de Amberes. Cada uno de nosotros tenemos nuestra parcela dentro de la empresa. También es verdad que somos muy complementarios. Pablo se dedica más al trato personal con el cliente y Antonio al diseño y elaboración de las piezas, aunque en muchas ocasiones intercambiamos nuestros papeles.

—¿Cómo definiríais vuestro trabajo?

—Nosotros tenemos la gran suerte de poder trabajar en lo que nos apasiona. Nuestro trabajo es creativo, divertido y artesano. El mejor regalo que puede hacernos un cliente es la sonrisa e ilusión que nos brinda al llevarse puesta alguna de nuestras joyas.

 

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